Estudiar, trabajar, estudiar, dormir.
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Así cada día, con la única variación en la cantidad de cafés, dependiendo de si el despertador me levanta a unas horas u otras.
Ya pronto el estudiar dejará paso a pasear, a cenar por ahí, a tomar cafés pendientes...
... a quedar con mi gente para hablar por hablar...
... hasta que en unos meses, el estudiar vuelva a "darme mal".
Viernes noche.
De momento, he hecho un alto en el camino.
Un concierto. Dos amigas. Un oasis de sonrisas.
Me quedo con Almas Mudas. ;)